jueves, 14 de agosto de 2014

En comunicación... ¿Está preparado para una crisis?


Autora: Amelia Reyes Mora
areyes@afcomuniacionestrategica.com
Socio Directora 
AF Comunicación Estratégica

¿Qué le quita el sueño con relación a su empresa? ¿Qué no le gustaría ver en los titulares de los medios de comunicación? Son preguntas que hacemos a nuestros clientes en reuniones de trabajo. Para que una noticia sea buena, debe ser mala. Lo que atrae la atención del público es lo diferente, fuera de lo normal, lo que genera controversia.

No nos agrada hablar de crisis o malas noticias; creemos que si no pensamos en lo negativo no sucederá. Tratar de tapar el sol con un dedo, no es buena estrategia para prevenir los problemas. Aunque parece un cuento de Ripley, recuerdo que un alto ejecutivo decía, ¡No piensen en las crisis que éstas se atraen con el pensamiento! Ésta es la fórmula del avestruz. En algún momento de nuestras vidas hemos querido esconder, aunque sea un poco, la cabeza. Sin embargo, otros se ocuparán de hacer que la saquemos a la luz pública, pues, “no hay nada oculto bajo el sol”.

Amelia Reyes.
Imagine que temprano en la mañana, con su taza de café caliente en mano y todavía en ropa de dormir, abre el periódico o enciende el televisor y encuentra que su empresa o la de su cliente es la protagonista de un titular negativo en los medios.  Podría tratarse de un accidente laboral en una planta, un accidente causado por uno de sus vehículos de transporte, un producto defectuoso de la compañía, un escándalo por contaminación al medioambiente, una demanda, un rumor de falta de solidez financiera de una institución bancaria, rumores infundados o no, pero en general, una visibilidad no planificada o un suceso sucesivo imprevisto que se puede convertir en la peor pesadilla de la dirección de una empresa.  En ocasiones, se reacciona rápidamente y se logra salir exitoso y fortalecido. En otros casos, la crisis es tan devastadora que se convierte en el inicio del fin del negocio.

Casos de estudios
Conocemos casos a nivel local e internacional que han obtenido amplia cobertura, algunos forman parte de casos de estudios en prestigiosas universidades del mundo. Podríamos hacer una larga lista de empresas que se han debilitado o que están próximas a desaparecer, u otras que han salido fortalecidas de grandes crisis que son las historias que nos inspiran.

Seguro que recuerdan el conocido caso de Tylenol, producto líder de Johnson & Johnson. Resaltamos el manejo adecuado de esta crisis, sobre la cual el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, alabó y expresó su admiración por el manejo ético y responsable de esta empresa. Aunque existen opiniones diferentes que no detallaremos ahora por razones de espacio.

Sin embargo, aún más recientes eventos como el accidente del Costa Concordia acontecido en este año, o devastadores acontecimientos ocurridos a la multinacional BP en el 2010, cuya marea negra del escándalo tiñó de un negro sangriento por sus efectos, no solo los mares y la fauna del entorno, sino también de los principales medios de comunicación alrededor del mundo.


Recomendamos reflexionar al interior de la empresa sobre las siguientes interrogantes
¿Quién nos informará si sucede un caso de crisis fuera de horas laborables? ¿Cuáles son los escenarios que nos preocupan en la empresa? ¿Tenemos un vocero oficial identificado? ¿Está el vocero debidamente capacitado para manejarse ante los medios de comunicación? ¿Cuáles son los mensajes de su empresa? ¿Tenemos un plan de contingencias? ¿Cómo informaremos a los diferentes públicos?

Durante las crisis se pone a prueba la capacidad de la empresa de reaccionar efectivamente para salir airosa de una situación difícil. Es preciso prepararse con tiempo, antes de que la crisis suceda, mucho antes de vernos frente a la presión de los medios, clientes, comunidades, autoridades o accionistas.

Es de gran ayuda en este proceso de preparación, evaluar los potenciales riesgos a los que está expuesto la organización debido a la naturaleza del negocio. Definir son sus puntos de mayor vulnerabilidad y el impacto que puede tener un suceso inesperado para la organización.

Debemos ser capaces de manejar las malas noticias con transparencia y de forma oportuna. Cuidarnos de no ceder a la tentación de pensar que si no comunicamos un hecho negativo o no hablamos sobre él, nadie lo sabrá, o las cosas se solucionarán por sí mismas. Como se ha dicho las noticias malas son como el pescado en mal estado, se ponen peor con el tiempo.


No podemos prever exactamente cuándo y dónde ocurrirá una crisis, pero podemos estar preparados adecuadamente para gestionarlas efectivamente y salir más fortalecidos y maduros como empresa, aprender de la experiencia y prevenir que la crisis no toque nuevamente a la puerta.

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